¿Qué debes saber?
Para muchas personas pensar en la ‘Bolsa de valores’ les trae a la mente visiones de cientos de alborotados corredores amontonados comprando y vendiendo instrumentos complejos que los simples mortales nunca podrían aspirar a comprender.
Esta visión es alentada por algunos miembros del sector que utilizan este malentendido para justificar sus comisiones innecesariamente elevadas y enfocarnos en sus productos, en lugar de hacia nuestras necesidades y objetivos financieros personales.
La realidad es mucho más simple y concreta.
La bolsa de valores es todo lo que ves a tu alrededor. Desde el teléfono que llevas en el bolsillo hasta los alimentos que comes, el auto que conduces, la casa en la que vives y las vacaciones que tomas. Todo aquello en lo que uno gasta dinero en el día a día forma parte de la bolsa de valores.
¿Por qué debe importarte?
Poseer una cartera globalmente diversificada de acciones te convierte en copropietario de las empresas a las que todos compramos bienes y servicios a diario.
Estas empresas trabajan incansablemente en tu nombre para generar beneficios sin que tengas que hacer nada. Como accionista, recibes tu parte de los beneficios (dividendos) y te beneficias de las subidas del precio de las acciones a medida que las empresas que posees crecen y se vuelven más valiosas.
Invertir en acciones es una forma sencilla de participar y obtener beneficios del continuo avance de la economía mundial y del ingenio humano que la impulsa. No tiene por qué ser caro ni complicado, y es algo que cada familia debería aprovechar.
