¿Qué debes saber?
A medida que avanzas en la vida, es habitual que tus necesidades financieras evolucionen. Empiezas dedicando el 100% de tus ingresos a tus necesidades básicas. Con el tiempo, a medida que tu patrimonio y tus ingresos aumentan y tus necesidades más básicas están satisfechas, comienzas a considerar necesidades más avanzadas.
La siguiente gráfica muestra cada uno de los niveles progresivos de la jerarquía tradicional de las necesidades financieras:
Liquidez y necesidades básicas: Alimentación, alojamiento y los gastos diarios esenciales que aseguran la satisfacción de tus necesidades fundamentales.
Seguridad financiera: Esto cubre seguros y un fondo de emergencia para ayudarte a afrontar imprevistos, como un problema familiar o de salud inesperado, reparaciones urgentes de la casa o la pérdida de un empleo.
Acumulación de patrimonio: Invertir para el futuro, para asegurar poder cubrir tus necesidades básicas en la jubilación, y financiar cualquier otro costo conocido, como la educación superior de tus hijos.
Independencia financiera: Crear los recursos financieros necesarios para financiar los gastos aspiracionales de tu futuro estilo de vida y darte la libertad de vivir tu vida a tu manera.
Legado: Una vez cubiertas todas las necesidades de tu propia vida y cumplidos los objetivos vitales, el enfoque se traslada a la siguiente generación mediante la planificación patrimonial y fiscal, donaciones a familiares o a organizaciones benéficas y, si es relevante, la planificación de la sucesión empresarial.
¿Por qué debe importarte?
La jerarquía de las necesidades financieras ofrece un marco para ayudarte a priorizar exitosamente el modo en que utilizas tus recursos financieros y gestionas tu dinero.
A medida que asciendes cada peldaño de la pirámide de necesidades financieras, entran en juego diferentes elementos, que exigen que tu planteamiento se ajuste y modifique sobre la marcha.
Un plan financiero bien elaborado te proporcionará una versión personalizada de este marco que te ayudará a navegar por la jerarquía de tus propias necesidades financieras. Esto, a su vez, te ayudará a tomar decisiones financieras más informadas en cuanto a tus compras cotidianas y en tus decisiones de inversión a largo plazo.
